Soul growth is not about becoming something new, but about removing what never truly belonged to you. Release what weighs you down, trust the unfolding, and walk forward knowing you are protected, guided, and ready for renewal.

There comes a point in every journey when we’re asked to pause, reflect, and release what no longer serves us. Sometimes this feels uncomfortable because we can’t yet see what lies ahead. But life doesn’t always reveal the full picture  instead, it asks us to trust. Trust that the path is unfolding exactly as it should. Trust that what’s meant for us cannot pass us by.

Step into authenticity. Learn that no external force has the power to take away what is divinely meant for you. Your role is simply to walk forward with clarity, to protect your energy, and to honor your worth.

When you do, you’ll find yourself on a new path one that feels lighter, freer, and aligned with the deepest truth of who you are.

Much of what holds us back isn’t the world outside of us it’s the old patterns within us. Beliefs that tell us we’re not enough, fears that whisper we can’t succeed, and habits of attaching to people or environments that drain our energy.

The deeper truth is this: holding onto lack-based mindsets, or allowing those who embody them into our lives, keeps us stuck. These influences cloud our vision and slow our progress.

Boundaries are the answer. Boundaries are not walls; they are declarations of self-love. They are the line between honoring your soul’s growth and repeating cycles that keep you small.

As we grow, life begins to reveal truths we couldn’t see before. People’s actions, once confusing, start to make sense. Hidden dynamics come to light. Sometimes we even witness the unraveling of those who once stood against us or doubted us.

This isn’t about revenge or superiority. It’s simply the balancing of energy. It’s a reminder that we don’t need to control outcomes or force clarity with time, everything reveals itself. Our only task is to stay aligned with our path and let life sort out the rest.

Every ending is also a beginning. When we release what drains us, we create space for what nourishes us. This is where transformation happens in the letting go, the surrender, and the courage to step into something new.

You may feel called to release:

  • The fear of being alone.
  • The pull toward old identities or attachments.
  • The belief that you must settle for less than your soul truly desires.

And you are invited to embrace:

  • The strength that comes from honoring your boundaries.
  • The peace that arrives with truth.
  • The freedom of living in alignment with who you really are.

This is a season of stepping into authenticity. Of learning that no external force has the power to take away what is divinely meant for you. Your role is simply to walk forward with clarity, to protect your energy, and to honor your worth.

When you do, you’ll find yourself on a new path — one that feels lighter, freer, and aligned with the deepest truth of who you are.

With love always Leisa

Límites y Renovación

El crecimiento del alma no se trata de convertirte en algo nuevo, sino de soltar lo que nunca te perteneció realmente. Libérate de lo que te pesa, confía en el proceso y avanza sabiendo que estás protegido, guiado y listo para tu renovación.

Llega un momento en cada camino en el que se nos pide hacer una pausa, reflexionar y dejar ir lo que ya no nos sirve. A veces esto resulta incómodo porque aún no podemos ver lo que viene. Pero la vida no siempre revela el panorama completo; en cambio, nos pide confianza. Confianza en que el camino se despliega exactamente como debe. Confianza en que lo que está destinado para nosotros no puede pasarnos por alto.

Da un paso hacia la autenticidad. Aprende que ninguna fuerza externa tiene el poder de quitarte lo que divinamente te corresponde. Tu papel es simplemente avanzar con claridad, proteger tu energía y honrar tu valor.

Cuando lo haces, te encuentras en un nuevo sendero —uno que se siente más ligero, más libre y alineado con la verdad más profunda de quién eres.

Gran parte de lo que nos detiene no es el mundo exterior, sino los viejos patrones dentro de nosotros. Creencias que nos dicen que no somos suficientes, miedos que susurran que no lo lograremos y hábitos de aferrarnos a personas o entornos que nos drenan.

La verdad más profunda es esta: aferrarse a mentalidades de carencia, o permitir que quienes las sostienen permanezcan en nuestra vida, nos deja estancados. Estas influencias nublan nuestra visión y frenan nuestro avance.

Los límites son la respuesta. Los límites no son muros; son declaraciones de amor propio. Son la línea entre honrar el crecimiento de tu alma y repetir ciclos que te mantienen pequeño.

A medida que crecemos, la vida comienza a revelar verdades que antes no podíamos ver. Las acciones de las personas, antes confusas, empiezan a tener sentido. Dinámicas ocultas salen a la luz. A veces incluso somos testigos del desmoronamiento de quienes alguna vez estuvieron en nuestra contra o dudaron de nosotros.

Esto no se trata de venganza ni de superioridad. Es simplemente el equilibrio de la energía. Es un recordatorio de que no necesitamos controlar los resultados ni forzar la claridad; con el tiempo, todo se revela. Nuestra única tarea es mantenernos alineados con nuestro camino y dejar que la vida se encargue del resto.

Cada final es también un comienzo. Cuando soltamos lo que nos drena, creamos espacio para lo que nos nutre. Aquí es donde ocurre la transformación: en el soltar, en la entrega, en el valor de entrar en algo nuevo.

Puedes sentir el llamado a liberar:

  • El miedo a estar solo.
  • El apego a viejas identidades o relaciones.
  • La creencia de que debes conformarte con menos de lo que tu alma realmente desea.

Y se te invita a abrazar:

  • La fortaleza que surge de honrar tus límites.
  • La paz que llega con la verdad.
  • La libertad de vivir en alineación con quien realmente eres.

Esta es una temporada para entrar en la autenticidad. Para aprender que ninguna fuerza externa tiene el poder de quitarte lo que te corresponde por derecho divino. Tu papel es simplemente caminar con claridad, proteger tu energía y honrar tu valor.

Cuando lo haces, encontrarás un nuevo camino uno que se siente más ligero, más libre y alineado con la verdad más profunda de tu ser.

Con amor siempre,
Leisa

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